Demostrando que es una profesional y que sus compromisos laborales son lo primero, Tamara Falcó abandonaba este jueves la clínica Buchinger de Marbella para cumplir con su cita semanal con ’El Hormiguero’. Después de ingresar el pasado fin de semana en el prestigioso centro para someterse a un ayuno terapéutico y a un tratamiento détox para perder peso y estar perfecta en su boda con Íñigo Onieva, la marquesa de Griñón hacía un viaje exprés a Madrid para acudir al programa presentado por Pablo Motos.
Radiante, y sin hacer ninguna mención a su estancia en la clínica con su madre, Isabel Preysler, para ponerse a punto para su gran día, la socialité sí aprovechaba su reaparición para desmentir que Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez-Almeida y Rafa Nadal estén invitados a su enlace: ’’No han dado con ninguno, lo siento. No van políticos, deportistas ni cantantes que no sean de la familia. Somos 200 invitados y hemos reducido un montón la lista. Íñigo tiene muchos primos y hay algunos que vendrán luego a las copas’’ revelaba.
Tras pasar la noche en la casa que su madre posee en la urbanización Puerta de Hierro de Madrid, Tamara ponía rumbo a la clínica Buchinger esta mañana y a primera hora ha aterrizado con su mejor sonrisa en el aeropuerto de Málaga para retomar su ayuno terapéutico.
Acompañada por una amiga, la marquesa ha evitado revelar ninguno de los tratamientos que está haciendo en el prestigioso centro ni confesar si ya ha notado algún cambio en su figura. Dejando en el aire qué tipo de alimentación está haciendo o qué deportes está practicando, la ’novia del año’ se ha limitado a sonreír tímidamente, confirmando de esta manera que está feliz con su decisión de ingresar en la Buchinger.
Ni siquiera el mote que le han puesto en redes sociales, ’Tamala’, por su dureza con las diseñadoras de ’Sophie et Voilà’ tras romper su acuerdo para lucir su vestido en su boda han conseguido quitarle la sonrisa, demostrando que está al margen y le dan igual las críticas a un mes de su boda.
Fuente: (EUROPA PRESS)