Un tesoro medieval histórico
Mdina, conocida como la «Ciudad del Silencio», es considerada como un tesoro histórico que captura la esencia medieval de Malta. Fundada por los fenicios alrededor del año 700 a.C., esta localidad amurallada ubicada sobre una colina ofrece vistas panorámicas de la isla. La que fue la capital de Malta, también acogió a romanos, árabes además de los Caballeros de la orden, dejando una influencia que se refleja hasta nuestros días. El trazado urbano de Mdina, típico de las ciudades árabes, está marcado por calles estrechas que se entrelazan entre sí. En ella, podemos encontrar sitios emblemáticos e imprescindibles que se dejan admirar gracias a sus murallas y puertas medievales tales como la Puerta de Vilhena, la Domus Romana, el Howard Gardens o el Palazzo Falson. En todas ellas se aprecian un panorama multicultural que favorece a la comprensión de la evolución de esta ciudad rica en historia.
Catedral de San Pablo
Destacando los monumentos históricos de Mdina, se encuentra la Catedral de San Pablo, construida en el siglo XI y reconstruida en 1693. En su interior, el estilo barroco se combina con admirables pinturas y esculturas que narran la vida del apóstol. Los frescos en la bóveda principal relatan el naufragio de San Pablo en tierras maltesas. En ella también reside un museo en donde se expone una colección única de objetos de platería, monedas antiguas, estatuas sacras y grabados de Alberto Durero, así mismo como las esculturas en cera del artista maltés Melchiorre Gafà.
Torre del Estandarte
Construida en 1725 por la Orden de los Caballeros de Malta, la Torre del Estandarte destaca por su arquitectura barroca-francesa. Situada en el corazón de la isla de Malta, esta torre formaba parte del sistema defensivo de Mdina y ofrecía vistas panorámicas de los alrededores. Hoy en día, es un punto de interés turístico que permite a los visitantes explorar su historia militar y religiosa, mientras disfrutan de vistas impresionantes desde su parte superior.
Calles estrechas
El trazado urbano de Mdina, típico de las ciudades árabes, está marcado por calles estrechas que se entrelazan entre sí. En ella, podemos encontrar sitios emblemáticos e imprescindibles que se dejan admirar gracias a sus murallas y puertas medievales tales como la Puerta de Vilhena, la Domus Romana, el Howard Gardens o el Palazzo Falson. En todas ellas se aprecian un panorama multicultural que favorece a la comprensión de la evolución de esta ciudad rica en historia.
Palacio de Vilhena
Siendo otro magnífico ejemplo de arquitectura barroca-francesa del siglo XVIII, el Palazzo Vilhena posee en su patio central la gran Cruz de Malta esculpida en piedra. En él, se hospeda el Consejo Local de Mdina y el Museo Nacional de Historia Natural, exhibiéndose una impresionante colección de minerales, aves, mamíferos, peces, artrópodos y fósiles. Además, cuenta con dioramas que representan diversos hábitats malteses, desde acantilados hasta valles, organizados por temas como geología, paleontología y evolución humana.
Catacumbas de San Pablo
Las Catacumbas de San Pablo, consideradas la cuna del cristianismo en Malta, son considerados el lugar donde el apóstol fundó la primera comunidad cristiana en la isla alrededor del año 60. Además de su relevancia simbólica, estas catacumbas forman parte de una red que incluye más de 30 cementerios romanos subterráneos. Este complejo sistema de pasajes y tumbas abarcan más de 2000 metros cuadrados, sirvió no solo como lugar de entierro, sino también como refugio para los cristianos durante la persecución romana.
Palacio de Falson
Se trata del edificio medieval mejor conservado de Mdina. Data del siglo XIII y fue restaurado en 2001 para abrirlo al público. En sus instalaciones se hospeda una extraordinaria colección de pinturas antiguas, objetos de plata, muebles, armaduras y libros, recopilados por el último propietario, el capitán Olof Frederick Gollcher (1889-1962). La biblioteca del palacio tiene más de 4500 libros, sobre todo históricos y literarios en varios idiomas y valiosos manuscritos. En él, también se exhibe una colección de joyas y una galería de alfombras orientales. Dado su rico contenido, el museo organiza exposiciones temporales y cuenta además con una cafetería en la azotea con vistas panorámicas de la ciudad de Mdina.
Domus Romana
Ya en las afueras de Mdina, en los límites con la ciudad vecina de Rabat, se encuentra la Domus Romana, o Villa de Romana. Se trata de un museo que ofrece una fascinante visión de la vida en la Malta romana. La exhibición guía a los visitantes por los aspectos de la vida y hábitos de la aristocracia romana, construida en 1881, sobre una antigua mansión latina. Además de artefactos y antigüedades romanas, incluye piezas de mármol transferidas desde las calles de Mdina en 1882.