Alcatraz (San Francisco, California)
En las profundidades de la Bahía de San Francisco se alza una isla legendaria. Alcatraz, bautizada por exploradores españoles, ocultó tras sus rocas una prisión que infundía temor.
Alcatraz (San Francisco, California)
The Rock’, como se le conocía, alojó a 1.545 reclusos durante casi treinta años, entre ellos Al Capone, Doc Barker, el ‘Birdman of Alcatraz’, Robert Stroud, y George ‘Machine Gun’ Kelly.
Isla Robinson Crusoe (Chile)
El legado de Robinson Crusoe cobra vida en la historia de Alexander Selkirk. Abandonado en 1704 en la Isla de Tierra del Pacífico tras un conflicto con el capitán del Cinque Ports, sobrevivió en soledad durante cuatro años.
Isla Robinson Crusoe (Chile)
Su rescate en febrero de 1709 marcó su regreso al mundo. En 1966, el gobierno chileno, en un guiño al mito, rebautizó la isla como Robinson Crusoe, buscando atraer a los viajeros a este rincón de aventura.
Isla Sado (Japón)
La serena Isla Sado, hoy un refugio codiciado, lleva en sus paisajes la historia de un pasado sombrío. En tiempos medievales, a 32 km al oeste de Niigata, en el Mar de Japón, era el destierro de disidentes.
Isla Sado (Japón)
Desde el año 772 d.C., más de 70 almas, incluyendo aristócratas y artistas como el poeta Asomioyu Hozumi, desafiaron al gobierno y fueron exiliados en estas tierras, tejiendo así un relato de discordia entre las montañas y exuberantes bosques de la isla.
Isla Santa Margarita (Francia)
En las aguas del Mediterráneo, frente a Cannes, se oculta la enigmática Isla Santa Margarita. En sus bosques, se esconde el misterio de un prisionero sin rostro, llegado en 1687 bajo el reinado de Luis XIV. Tras una máscara de terciopelo negro, su identidad se diluye en el tiempo.
Isla Santa Margarita (Francia)
Del Fuerte Real a la Bastilla, su historia enmascarada culminó en 1703, aún envuelta en el velo del anonimato. Se rumorea que podría ser el hermano mayor del propio Louis XIV, aunque su verdad se desvanece entre leyenda y secreto.
Isla Coiba (Panamá)
En el corazón de Panamá, se yergue majestuosa la Isla de Coiba. Con sus 122,000 acres, es el coloso insular de la nación, rodeada por aguas pobladas de tiburones. Testigo de antaño, fue morada de indígenas y refugio de temerarios piratas.
Isla Coiba (Panamá)
En 1919, se erigió una prisión en sus tierras, custodiando a los más peligrosos criminales de Panamá. Bajo las sombras de las dictaduras militares de Omar Torrijos y Manuel Noriega, la isla acogió a disidentes políticos en su aislamiento.
Isla del Diablo (Guayana Francesa)
En una zona remota de nuestro planeta, la Isla del Diablo se alzaba como la prisión más infame donde podía acabar un preso. Más que una, varias cárceles poblaban este rincón: una en el continente, cercana a Cayenne, y tres en medio del océano: Isle Royale, Isle Roseph y la Isla del Diablo.
Isla del Diablo (Guayana Francesa)
En 1854, Napoleón III erigió esta cárcel que recibió a cerca de 80,000 franceses, desde criminales hasta espías y prisioneros políticos, hasta su cierre oficial en 1938. Entre 1946 y 1959, el gobierno ecuatoriano transformó la mayor isla de la prisión de las Galápagos, Isabela, en una colonia agrícola y penitenciaría.
Islas Galápagos (Ecuador)
Las legendarias Galápagos, más que un santuario natural, fueron testigos de una dolorosa historia. Entre 1946 y 1959, Isabela, la mayor isla, se convirtió en colonia agrícola y prisión.
Islas Galápagos (Ecuador)
Casi 300 almas, entre criminales y disidentes, padecieron condiciones extremas. La construcción del desolador «Muro de las Lágrimas» cobró vidas de prisioneros en su implacable erguir.
Patmos (Grecia)
Patmos, en el mar Egeo, guarda el legado de San Juan, según la fe cristiana. En sus 13 millas cuadradas, el exilio se convirtió en inspiración, donde el santo escribió el Evangelio y el Apocalipsis en el año 95 d.C.
Patmos (Grecia)
Siglos después, en 1088, un monje erigió el monasterio dedicado a San Juan, convirtiendo a Patmos en un centro de peregrinación y aprendizaje ortodoxo que perdura en el tiempo.
Robben Island (Sudáfrica)
En las aguas que rodean Ciudad del Cabo, yacen las memorias tumultuosas de Robben Island. Durante cuatro siglos, este enclave fue testigo de exilios variados: desde colonias de leprosos bajo dominio holandés y británico hasta hospital psiquiátrico entre 1846 y 1931.
Robben Island (Sudáfrica)
Pero su historia se ensombreció entre 1960 y 1991, cuando se convirtió en prisión política del régimen del Apartheid. Nelson Mandela, Robert Sobukwe y el actual presidente Jacob Zuma soportaron condiciones brutales y trabajos forzados en sus canteras, un testimonio desgarrador de lucha y resistencia.
Santa Elena
La remota isla de Santa Elena, en el corazón del Atlántico Sur, albergó el destierro de un gran líder. Tras la derrota en la Batalla de Waterloo en 1815, Napoleón Bonaparte fue enviado por los británicos a esta isla.
Santa Elena
Junto a su séquito de 26 personas, ocupó Longwood House, la antigua mansión de seis salas de la isla, donde su exilio marcó el final de una era y el comienzo de una leyenda.