Divisar el nuevo volcán por mar y tierra
Acercarse al territorio más joven de España es uno de los principales planes al llegar a La Palma. Para ello, hay empresas especializadas (no se puede hacer de manera independiente) que permiten realizar un sendero homologado hasta el nuevo volcán. El camino empieza cerca del mirador de los Llanos del Jable, y llega hasta un mirador desde el cual es posible ver el nuevo cráter. Toda una experiencia que permite entender mejor el poder volcánico de la isla.
Divisar el nuevo volcán por mar y tierra
Otra opción es observar el volcán desde el mar, pues hay empresas que ofrecen paseos en barco que permiten apreciar su imagen desde las aguas. Para acabar, nada como reposar en la zona de Puerto Naos, ya que se encuentra de nuevo abierta al público con ciertas limitaciones a considerar (horario y zona restringido y necesidad de obtener un código QR). Una manera ideal de acabar el día.
Ver la floración desde la Caldera de Taburiente
Durante la época primaveral, La Palma también viste su territorio de colores que pintan sus paisajes de vida. Gran ejemplo de ello se aprecia desde el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Aquí, en su parte más alta, Roque de los Muchachos, se puede admirar el espectacular paisaje que forman los tajinastes, una especie endémica de Canarias.
Ver la floración desde la Caldera de Taburiente
Su figura alargada y en forma de aguja florece en colores violetas, rosados y azulados. Además, también se verán otras especies como codeso, retamas y retamón. Como elemento añadido, desde ahí se puede apreciar del fenómeno del “mar de nubes” gracias al cual, en días despejados, deja ver las islas más cercanas a La Palma.
Sumergirse en sus aguas
La belleza de la isla también reluce bajo sus aguas, por ello cuenta con zonas calificadas como Reserva Marina. Y es que gracias a su paisaje volcánico el fondo marino está lleno de grietas, cuevas, arcos y veriles que son focos de vida subacuática.
Sumergirse en sus aguas
Entre las principales zonas de buceo se encuentran Los Cancajos, un lugar muy versátil para inmersiones de todos los niveles; o Fuencaliente, donde se encuentran las famosas cruces de Malpique, diversas cruces que rinden homenaje a jesuitas martirizados ante un ataque corsario en el siglo XVI. Esta última zona es, además, Reserva Marina.
Degustar la gastronomía local
Para vivir un destino es imprescindible pasar por su gastronomía, y La Palma es uno de esos lugares donde se viaja también a través del paladar gracias a la gran calidad de sus materias primas, protegidas bajo la marca Saborea La Palma, que potencia la riqueza gastronómica de la isla. En un viaje a La Palma, algunos de los sabores imprescindibles son el queso palmero en todas sus variedades (asado con mojo, al natural, etc.); la gran variedad de frutas, desde el plátano a al mango, sin olvidar las papayas o los aguacates; carnes como la cabra en salsa o pescados como el patudo (atún rojo) a la plancha; sin olvidar los postres, que son tan importantes como un principal, pudiendo elegir entre distintas opciones como la rapadura, el bienmesabe o el Príncipe Alberto.
Viaje por las estrellas
Si algo tiene que caber en todo viaje a La Palma es disfrutar de su maravilloso cielo estrellado el cual, gracias a sus cualidades, hace que la isla sea en su totalidad Destino y Reserva Starlight.
Viaje por las estrellas
Durante la época primaveral, con las temperaturas aún más agradables, es posible disfrutar del cielo nocturno tanto de manera individual como a través de empresas especializadas. Sea como sea, algunos de los miradores más recomendaos para la observación astronómica son el Mirador Montaña Buracas, en Garafía; el de San Bartolo, en Puntallana; o el del Volcán de San Antonio, en Fuencaliente, entre otros.