Come más proteína
Se sabe que la proteína aumenta la sensación de saciedad y reduce el hambre. Las dietas altas en proteínas te llenarán más y te resultará más sencillo disminuir la ingesta total de calorías. Recuerda que la cantidad recomendada de proteína diaria está entre 1,6 y 2 gramos por kilo de peso corporal.
Bebe agua antes de las comidas
Diferentes estudios muestran que consumir agua antes de las comidas puede llevar a una reducción de la ingesta calórica y promover la pérdida de peso a lo largo del tiempo. Es un hábito simple, al alcance de todo el mundo y sin el más mínimo pero para tu salud.
Aumenta la ingesta de fibra
Los alimentos ricos en fibra pueden aumentar la saciedad y ayudar a controlar el apetito. La fibra soluble, en particular, forma una sustancia similar a un gel en el intestino que ralentiza la digestión y te mantiene sintiéndote lleno por más tiempo.
Duerme adecuadamente
La falta de sueño es un problema muy generalizado en la población moderna y puede alterar las hormonas del hambre, aumentar el apetito y, sobre todo, los antojos. Asegurarte de dormir entre 7 y 9 horas de calidad por noche.
Gestiona el estrés
El estrés crónico también puede tener incidencia directa en el hambre y el consumo de alimentos poco saludables. Técnicas como la atención plena, la meditación y el ejercicio pueden ayudar a gestionar el estrés y controlar el apetito.
Come de manera consciente
Presta atención plena a la experiencia de comer, esto te ayudará a reconocer las señales físicas de hambre y saciedad. Esta práctica es positiva para reducir los excesos y aumentar la satisfacción con las comidas.
Haz ejercicio regularmente
La actividad física contribuye a controlar lo que comes ya que aumenta los niveles de hormonas que suprimen el apetito. Tanto los ejercicios aeróbicos como los de resistencia han demostrado afectar positivamente la regulación del hambre.
Limita los carbohidratos refinados y azúcares
Este tipo de alimentos pueden provocar picos y caídas rápidas en el azúcar en sangre, aumentando el hambre. Optar por granos enteros y minimizar la ingesta de azúcar puede ayudar a estabilizar el apetito.