Apostle Islands (Estados Unidos)
Las Apostle Islands son un paraíso natural en el lago Superior, al norte de Wisconsin. Son 21 islas con cuevas, playas y senderos para explorar. En invierno, el paisaje se transforma en un mundo de hielo, con estalactitas y cascadas congeladas que adornan las cuevas y los acantilados.
Volcán Bromo (Indonesia)
El volcán Bromo es un volcán activo que forma parte del macizo de Tengger, en el este de la isla de Java, en Indonesia1. Tiene una altura de 2329 metros y no es el más alto del macizo, pero es el más famoso y visitado. El volcán está situado en el centro de una llanura llamada “Mar de Arena”, una reserva natural protegida desde 1919. El volcán Bromo tiene un estilo de erupción explosivo, con frecuentes pequeñas erupciones freativas y grandes erupciones piroclásticas. Su última erupción fue en julio de 2019. El volcán tiene una caldera circular de unos 8 km de diámetro y está rodeado por otras montañas como el Batok, el Semeru y el Jambangan.
Cañón del Antílope (Estados Unidos)
El Cañón del Antílope, en las tierras de Navajo en Arizona, es el producto de la erosión de la arenisca por el agua. Su intrincada formación ha atraído la atención de turistas por su belleza natural, convirtiéndose en un destino destacado en Estados Unidos.
Death Valley (Estados Unidos)
Death Valley es un laboratorio natural con características que parecen de otro mundo. En 2012, la NASA usó este parque nacional como campo de pruebas previas a su misión a Marte. Entre dunas de arena, superficies rocosas y un terreno desértico y agrietado, este valle desvela su semejanza con paisajes extraterrestres, mostrando cómo la Tierra puede prepararnos para explorar lo desconocido en el espacio.
Fly Geyser (Estados Unidos)
El Fly Geyser, cerca del desierto de Black Rock en Nevada, surgió tras la excavación de una compañía geotérmica. Durante décadas, los minerales de las aguas geotérmicas se han depositado, creando un montículo con algas, otorgando un aspecto colorido a esta sorprendente formación en medio del desierto.
Cuevas de Glowworm (Nueva Zelanda)
En las cuevas de Glowworm el asombro te lleva más allá de la Tierra. Pareciera la Vía Láctea, mas son miles de larvas luminosas en Waitomo. Su mucosidad brillante, ¿repulsiva? Quizás. ¿Encantadora? Indudablemente. Estas criaturas bioluminiscentes tejen un cosmos subterráneo, desafiando la percepción entre lo bello y lo extraño en nuestro propio planeta.
Parque Estatal Goblin Valley (Estados Unidos)
En el Parque Estatal Goblin Valley, la sensación de otro mundo está garantizada. Aunque los extraterrestres brillen por su ausencia, su paisaje evoca lo desconocido. Bajo el manto estrellado, este lugar invita a sumergirse en la ilusión de estar en una esquina remota de la galaxia, donde la realidad y la imaginación se entrelazan.
Grand Prismatic Spring (Estados Unidos)
En el Parque Nacional Yellowstone, el manantial Grand Prismatic Spring ofrece un espectáculo visual fuera de lo común. Su paleta de colores proviene de bacterias y microbios en las aguas termales, regalando tonos vibrantes. Aunque parezcan aguas mágicas, la esterilidad del entorno se debe al hervor del agua subterránea, creando un paisaje fascinante donde la vida florece en un equilibrio delicado y sorprendente.
Jökulsárlón (Islandia)
Jökulsárlón desafía los estándares terrestres con su lago glaciar, mostrando tonalidades fuera de lo común. Su orilla helada y la arena negra volcánica crean un contraste fascinante con los bloques de hielo, ofreciendo un espectáculo de colores inusuales para los paisajes terrenales.
volcán Kilauea (Estados Unidos)
El volcán Kilauea revela que los volcanes no son exclusividad terrestre. La luna Io de Júpiter ostenta el récord de más volcanes activos en nuestro sistema solar. Investigadores de la NASA compararon el volcán Prometheus en Io con Kilauea, descubriendo sorprendentes similitudes entre mundos distantes, mostrando que la actividad volcánica trasciende fronteras planetarias.
lago Natron (Tanzania)
El lago Natron es un lago de ensueño, pero también de pesadilla. Su agua es tan caliente y ácida que parece sacada del Infierno. Sin embargo, su color rojo intenso le da una belleza única. Este lago s el hogar de miles de flamencos, que se alimentan de las algas que crecen en sus condiciones extremas.
Parque Namib Naukluft (Namibia)
El Parque Namib Naukluft despliega dunas rojizas y árboles esqueléticos. Es como un ensayo de Marte en la Tierra, un paisaje que evoca el planeta rojo. Aquí, entre las arenas y los restos, descubrimos un eco de otro mundo, llevándonos a una experiencia casi marciana en nuestro propio hogar terrestre.
Peyto Glacier (Canadá)
El Peyto Glacier, ubicado en el Parque Nacional Banff, vierte agua a un lago cuyo tono turquesa evoca la imagen de las aguas de Neptuno. Este color sorprendente proviene de los sedimentos transportados desde el glaciar, otorgándole un aspecto casi irreal y de otro mundo.
Salar de Uyuni (Bolivia)
El Salar de Uyuni es la mayor salina del mundo, con aproximadamente 10.000 millones de toneladas de sal y abarcando más de 10.360 metros cuadrados. Su vasta extensión y su singularidad lo convierten en un espectáculo natural imponente y único.
Socotra (Yemen)
En el archipiélago de Socotra, los árboles de sangre de dragón son tesoros únicos. Su savia roja, que una vez se creyó la sangre de antiguos dragones, continúa siendo utilizada como pintura y barniz. Estos árboles, con su legado legendario, nos conectan con una tradición ancestral, donde la naturaleza provee no solo belleza, sino también herramientas valiosas para la creatividad humana.
Spotted Lake (Canadá)
Spotted Lake en la Columbia Británica, exhibe manchas únicas debido a sus minerales. Sus densos depósitos de sulfato de magnesio, calcio y sulfato de sodio crean estas peculiares marcas, convirtiendo el lago en un espectáculo visual por la riqueza de sus elementos.
Torri del Vajolet (Italia)
Las Torri del Vajolet, en Val di Fassa en las Dolomitas italianas, son un conjunto de seis cumbres que destacan por su belleza fotogénica. Además de atraer a fotógrafos, estas torres son un destino querido por alpinistas que buscan desafíos en su majestuosa
Wadi Rum (Jordania)
El paisaje surrealista de Wadi Rum en Jordania parece sacado de otro mundo, con su apariencia marciana y su característica arenisca y granito. Este desierto, apodado el Valle de la Luna, transporta a quienes lo visitan a un paisaje digno de otro planeta.
Zona panorámica de Wulingyuan (China)
En el Área Escénica de Wulingyuan, en Zhangjiajie, miles de pilares de arenisca se alzan como rascacielos naturales. Estas formaciones majestuosas, parecidas a la versión de la naturaleza de edificios imponentes, pintan un paisaje que desafía la escala humana, transportando la mente a un reino donde la tierra es arquitecto de su propia grandeza.
Dallol (Etiopía)
En Dallol la tierra adquiere un semblante extraterrestre con sus formaciones de sal, manantiales de agua ácida caliente y géiseres de gas. Con temperaturas que alcanzan los abrasadores 45 ºC en verano, esta zona hidrotermal se sitúa entre los puntos más calientes del planeta. El paisaje desolado y surrealista de este pueblo fantasma desafía la percepción de lo terrenal, sumergiendo a los visitantes en un escenario casi alienígena en plena Tierra.