Cangrejo de Sierra Leona
El cangrejo de Sierra Leona, con su distintivo aspecto, se había vuelto una especie esquiva desde su última observación en 1955 y se consideraba extinto. Sin embargo, el año 2021 trajo sorpresas cuando un investigador llamado Pierre Mvogo Ndongo se dirigió a Sierra Leona. Durante tres semanas, incansablemente, buscó este cangrejo único con la ayuda de la comunidad local. Finalmente, su esfuerzo dio frutos al descubrir seis ejemplares. Estos cangrejos habían emigrado tierra adentro, alejándose de las fuentes de agua y adaptándose ingeniosamente para respirar aire.
Caspio Caballo
El caballo caspio, presente en el antiguo arte persa pero ausente durante milenios, adquirió un aura semimística. En 1957, Louise Laylin, criadora estadounidense de caballos, se trasladó a Irán para casarse con un príncipe persa y establecer una escuela de equitación. Dado que los caballos locales resultaron demasiado temperamentales, Laylin se embarcó en una misión para hallar al místico caballo caspio. Viajó a las remotas montañas Caspio y encontró tres ejemplares, que llevó de regreso para criar. En la actualidad, existen poblaciones sostenibles de caballos caspios en todo el mundo, conocidos por su temperamento tranquilo y apacible, ideales para principiantes en la equitación.
El celacanto, un pez de gran envergadura, experimentó un regreso sorprendente, considerado el más impresionante en la historia del reino animal. Se pensaba que este coloso marino se había extinguido hace más de 60 millones de años junto con los dinosaurios, hasta que repentinamente se avistó frente a las costas de Sudáfrica en 1938. Este pez, el celacanto, se cree que es una pieza fundamental en la evolución de los animales terrestres. Sus aletas lobuladas únicas parecidas a patas se mueven en un ritmo similar al trote de un caballo, mostrando vívidamente una conexión con las formas de locomoción terrestres. A pesar de su historia prehistórica, aún se encuentra en peligro de extinción, habitando en cuevas submarinas profundas del océano Índico. Este fascinante espécimen nos recuerda la persistencia sorprendente de la vida y su capacidad de adaptación a lo largo de los milenios.
Camaleón pigmeo de Chapman
El camaleón pigmeo de Chapman, una diminuta criatura que apenas mide alrededor de 5,5 cm, fue avistado por primera vez en el bosque lluvioso de Malawi en 1992, para luego desaparecer de manera misteriosa. En las décadas posteriores, aproximadamente el 80% del bosque lluvioso de Malawi fue devastado, llevando a la creencia de que este camaleón había sido una víctima más de la destrucción. No obstante, asombrosamente, este resistente reptil sobrevivió y fue avistado nuevamente en 2016.
Tortuga gigante de Fernandina
La tortuga gigante de Fernandina, científicamente conocida como Chelonoidis phantastica, fue una especie que desapareció hace más de cien años y se consideró extinta por mucho tiempo. Sin embargo, en 2019, 112 años después de su último avistamiento, los investigadores hicieron un descubrimiento sorprendente: encontraron a una única tortuga hembra. La hallaron habitando en la Isla Fernandina, parte del archipiélago de las Galápagos, y de ahí obtuvo su nombre. Hasta la fecha de ese hallazgo, es el único ejemplar conocido de su especie que aún perdura, al menos según el conocimiento de los científicos.
Íbice pirenaico
El íbice pirenaico, una subespecie única del íbice español, ha dejado un notable legado en el ámbito de la desextinción. Tras la muerte de la última hembra de íbice pirenaico en 1999, los científicos recopilaron muestras de su tejido. A partir de este material genético, se llevó a cabo un logro histórico en el campo de la clonación. Implantando núcleos de sus células en óvulos de cabra, se fertilizaron más de 200 embriones de cabra. Aunque solo uno de los embriones llegó a término, nació con un defecto pulmonar y lamentablemente falleció minutos después de su nacimiento. A pesar de este resultado, este hito se considera un gran triunfo en la ciencia de la desextinción y representa un paso crucial hacia la conservación y el entendimiento de especies extintas.
Colibrí de Santa Marta
El colibrí de Santa Marta, una especie rara y endémica de la Sierra Nevada de Santa Marta en el noreste de Colombia, ha estado al borde de la extinción. En 1946, fue catalogado como en peligro crítico y solo fue avistado una vez más en el siglo XX, lo que hizo que los científicos temieran su desaparición. Sin embargo, la suerte estuvo del lado de los observadores de aves en 2010, cuando uno de ellos avistó inesperadamente un colibrí de Santa Marta. Aunque estos misteriosos pajaritos aún luchan por sobrevivir, su hábitat continúa menguando, lo que representa una amenaza constante para su existencia.
Tordina cejinegra
La historia de la tordina cejinegra es un relato fascinante de redescubrimiento. Tras haber sido observado por científicos por primera y única vez en la década de 1840, este hermoso pajarito desapareció misteriosamente durante casi 170 años. No se volvió a tener noticias de él hasta un sorprendente redescubrimiento en 2020, cuando dos habitantes locales informaron avistamientos en el bosque de Kalimantan del Sur, Indonesia.
Abeja de Wallace
En 1859, Alfred Russell Wallace hizo un notable descubrimiento en Indonesia: halló la abeja más grande del mundo y, siguiendo la costumbre, la bautizó con su propio nombre. La abeja gigante de Wallace se consideró extinta hasta que, en 1981, se encontraron más ejemplares y se colocaron en exhibición en diversos museos. Sin embargo, tras este redescubrimiento, la especie volvió a sumirse en el silencio. Fue en 2019 cuando un grupo de entusiastas emprendió una expedición siguiendo los pasos de Wallace en Indonesia, con la esperanza de encontrar algún ejemplar de esta abeja gigante aún con vida. Su empeño tuvo éxito, y lograron avistar un ejemplar en plena naturaleza, reavivando así la fascinación por este imponente insecto.
Ballena Omura
La ballena Omura, de gran tamaño, enfrentó mayores desafíos que la mayoría de los animales para convencer a los conservacionistas de que aún existía. Descubierta por primera vez en 2003, los científicos solo encontraron especímenes muertos, llevándolos a creer que ya se había extinguido. Sin embargo, una década después, se halló un pequeño grupo de ballenas Omura viviendo frente a la costa de Madagascar. Estos majestuosos animales son nadadores elegantes y distintivos debido a su forma aerodinámica. A diferencia de otras especies de ballenas, no migran y optan por quedarse en su parte del océano Índico, siendo objeto de cercana observación por parte de los conservacionistas.
Takahé
El Takahé, un pájaro sin capacidad de vuelo, antes pintoresco y lleno de color, una vez vagó libremente por lo que conocemos como Nueva Zelanda. Sin embargo, en 1898 fue declarado extinto debido a la caza, depredadores y pérdida de hábitat. ¡Pero 50 años después de su «extinción», se encontró una colonia de takahes en las elevadas Montañas Murchison en el sur de Nueva Zelanda! El país se esforzó al máximo para salvar esta especie, convirtiendo al takahé en el centro del programa de conservación más prolongado de Nueva Zelanda. A lo largo de las décadas, la población de estos hermosos pájaros ha crecido y ahora prosperan en diversas ubicaciones, incluyendo siete islas distintas frente al continente.
Tarsero pigmeo
Considerado extinto desde la década de 1920, este pequeño primate de ojos grandes, conocido como el tarsero pigmeo, parecía haber desaparecido para siempre. Estas criaturas sensibles, activas durante la noche, enfrentan grandes dificultades para sobrevivir en cautiverio, a menudo manifestando angustia de maneras trágicas, como golpearse la cabeza contra las barras de sus jaulas. Sin embargo, la sorpresa llegó en el año 2000, cuando científicos indonesios encontraron uno atrapado en una trampa para ratas. Aunque este encuentro resultó fatal para el animal, marcó el inicio de un renacimiento para la especie. Fue en el año 2008 que avistaron los primeros individuos vivos, reavivando la esperanza para la preservación de esta delicada criatura.