Ajaccio, su capital
Ajaccio es la ciudad más grande y poblada de Córcega, y también la más turística. Es la cuna de Napoleón Bonaparte, cuya casa natal y museo se pueden visitar. Además, cuenta con un bonito casco antiguo, un puerto, una catedral, un mercado y una animada vida nocturna.
Bastia, su ciudad más auténtica
Bastia es la segunda ciudad más grande de Córcega, y la más genuinamente corsa. Tiene un carácter comercial y portuario, que se refleja en su animado mercado y en su pintoresco puerto viejo. También posee un rico patrimonio arquitectónico, con su catedral, su palacio de justicia, su teatro y su capilla de la confraternidad de San Roque.
Bonifacio, su ciudad más espectacular
Bonifacio es una ciudad medieval que se alza sobre unos impresionantes acantilados de piedra caliza, que ofrecen unas vistas increíbles del mar y de las islas vecinas. Se puede recorrer su laberíntica ciudadela, sus murallas, sus escaleras y sus callejones, así como tomar un barco para ver sus grutas y sus faros.
Calvi, su ciudad más elegante
Calvi es una ciudad costera que combina el encanto de su ciudadela fortificada, con su catedral y su palacio de los gobernadores, con el ambiente de su puerto deportivo, lleno de restaurantes, bares y tiendas. También tiene una amplia playa de arena, donde se puede disfrutar del sol y del mar.
Su gastronomía auténtica y sabrosa
Córcega es un paraíso para los paladares más exigentes, que podrán degustar sus productos locales y sus platos típicos. Entre ellos destacan el queso brocciu, la charcutería, la miel, las castañas, los vinos y las cervezas artesanales, el fiadone (un pastel de queso) y el pulenda (una polenta de harina de castaña).
Sus islas Lavezzi
Las islas Lavezzi son un archipiélago de pequeñas islas y rocas, situado al sur de Córcega, frente a Bonifacio. Forman parte de la Reserva Natural de las Bocas de Bonifacio, y son un lugar idílico para el buceo, el snorkel y el relax. Se puede acceder a ellas en barco desde Bonifacio o desde Porto-Vecchio.
Su patrimonio histórico y cultural
Córcega ha sido habitada desde la prehistoria y ha conservado numerosos vestigios de su pasado. Se pueden visitar yacimientos megalíticos, torres genovesas, fortalezas, iglesias y museos. Además, la isla tiene una rica tradición musical, artesanal y gastronómica, que refleja su diversidad y su carácter.
Sus playas paradisíacas
Córcega tiene más de 1000 km de costa, con playas de arena fina, aguas cristalinas y paisajes de ensueño. Algunas de las más famosas son Palombaggia, Santa Giulia, Rondinara y Calvi.
Su naturaleza salvaje y diversa
Córcega es un verdadero continente en miniatura, con una gran variedad de ecosistemas y paisajes. Desde las montañas nevadas del interior, donde se puede practicar el senderismo y el esquí, hasta los bosques, los lagos, los ríos y las cascadas, donde se puede hacer barranquismo y kayak. Sin olvidar la Reserva Natural de Scandola, un espectacular enclave marino y terrestre, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Su tren turístico, el Tramway de la Balagne
El Tramway de la Balagne es un tren turístico que recorre la costa noroeste de Córcega, entre Calvi y L’Île-Rousse. Es una forma original y cómoda de descubrir los paisajes y los pueblos de la región, con paradas en playas, miradores y estaciones históricas. El trayecto dura unos 50 minutos y se puede hacer en ambos sentidos.