Señorío de Bértiz (Navarra)
Oyeregui y Oronoz-Mugaire son puertas de entrada al Señorío de Bértiz, un espacio histórico y natural en el Pirineo occidental navarro. Fundado en tierras nobles del siglo XIV, este Parque Natural, proclamado en 1984, revela arboledas centenarias y jardines históricos. Los senderos sinuosos serpentean entre castaños autóctonos y especies exóticas como el castaño de los Balcanes, cipreses calvos y cedros de Líbano, ofreciendo un recorrido encantador entre las frondosas y diversas florestas de este paisaje.
El Tiemblo (Ávila)
El encantador pueblo de El Tiemblo, en Ávila, alberga uno de los más asombrosos castañares de España. Este tesoro natural, situado al oeste de la sierra de Gredos y acariciado por el río Alberche, ofrece un paisaje repleto de imponentes castaños centenarios. En la garganta del río Yedra, se encuentra este bosque, accesible desde el área recreativa del Regajo, donde aguarda el «abuelo del bosque», un colosal castaño con más de 10 metros de circunferencia, conocido por dar refugio a pastores en días de tormenta. Cerca, las antiguas esculturas de los Toros de Guisando, datadas en el 300 a.C., dan un toque histórico a este idílico entorno, ubicado junto al arroyo Tórtolas.
O Courel (Lugo)
O Courel, la vasta reserva verde gallega, atesora no solo una riqueza natural sino también etnográfica. Sus bosques de castaños, emblemáticos en la periferia de Monforte de Lemos, estallan en tonalidades otoñales. La carretera LU-651, nacida en O Cebreiro, conecta pueblos en esta sierra, regada por el río Lor, hogar del 40% de la flora gallega. Pueblos encantadores como Samos, con pinturas rupestres, y Seoane, con sus casonas y pallozas, adornan la sierra. Rutas hacia Moreda llevan al Aula de la Naturaleza y a joyas naturales como la laguna de Lucenza, el mirador del Alto do Boi y la exuberante Devesa da Rogueira, un bosque con más de 800 especies en 200 hectáreas, donde un camino de 3 km asciende hacia el pico Formigueiros (1.639 m).
Las Rozas de Puerto Real (Madrid)
En las cercanías de Madrid, en Las Rozas de Puerto Real, se esconde un extenso castañar, uno de los mayores en la región, comparable al magnífico bosque de El Tiemblo en Ávila. Protegido como Zona Especial de Conservación, este bosque se despliega entre los cauces de los ríos Cofio y Alberche, aportando al majestuoso Tajo. La Ruta de los Castaños, un sendero de baja dificultad de unos diez kilómetros, ofrece una ventana a este entorno natural, permitiendo disfrutar de la belleza del castañar y su embalse. Aunque partes del bosque son de propiedad privada, su perímetro permite apreciar la espléndida paleta de colores del otoño.
Las Médulas (León)
Las Médulas, testigos de la mayor explotación de oro romana en la Península Ibérica, se transforman en un espectáculo otoñal único. Los bosques de castaños y brezos visten el paisaje con tonos dorados bajo la luz rojiza del atardecer. Desde Carucedo, dos senderos serpentean entre árboles hacia maravillas como el mirador de Orellán, que revela la compleja topografía del lugar, y el Aula de Arqueología, donde se desentrañan los valores históricos y naturales de este rincón, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Montseny (Cataluña)
El Montseny, Reserva de la Biosfera desde 1978, despliega un espectáculo natural entre Barcelona y Girona. Su centro de interpretación en Santa Fe del Montseny ofrece rutas que combinan historia y naturaleza. Una de ellas, de 11 km, lleva al majestuoso Castaño de Can Cuch, de 600 años y 12 metros de circunferencia, considerado Monumento de Cataluña. La leyenda cuenta que albergó a un carbonero en su interior, con mesa, silla y chimenea. Otra ruta encantadora, la Ruta de las Ermitas, se detiene en la histórica iglesia de Santa Fe y sigue el curso de la riera de Gualba.
Valle del Ambroz (Cáceres)
El Valle del Ambroz, en las estribaciones de la sierra de Gredos, se tiñe de encanto otoñal con bosques de castaños, robles y cerezos. Este rincón entre Aldeanueva del Camino, Casas del Monte y Hervás, cuna de una judería histórica, ofrece una red de rutas para explorar a pie, en bicicleta o a caballo, destacando Los Bosques de Ambroz y sus emblemáticos castañares como La Chorrera. Con un legado histórico que abarca desde la Vía de la Plata hasta yacimientos romanos, y un evento anual llamado Otoño Mágico en Ambroz, que celebra la naturaleza con diversas actividades entre octubre y diciembre.
Valle del Genal (Málaga)
En los pueblos serranos de Málaga, la temporada de castañas despierta la belleza del Bosque de Cobre, un tesoro natural que adorna el valle del Genal con sus castañares. En noviembre, la región brilla con hojas amarillas, ocres y rojizas, creando un paisaje mágico para los senderistas. La finalización de la cosecha de castañas, iniciada en octubre con hasta 5 millones recolectadas al año, se celebra con festividades en los pueblos, donde se disfrutan castañas asadas y platos tradicionales. Pujerra alberga el Museo de la Castaña, una joya única en España dedicada a este producto.
Sierra de Aracena (Andalucía)
Los castañares de la Sierra de Aracena son un espectáculo natural que merece la pena visitar en otoño, cuando los árboles cambian de color y ofrecen una paleta de tonos verdes, amarillos, ocres y rojizos. Estos bosques ocupan unas 5.000 hectáreas en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, afectando a varios municipios como Aracena, Los Marines, Fuenteheridos, Castaño del Robledo, Galaroza o Valdelarco. El castaño es un árbol que se introdujo en la zona en la época de la Repoblación (siglo XIII) y que tiene una gran importancia económica, cultural y paisajística. Su fruto es muy apreciado y se celebra cada año la feria andaluza de la castaña en Fuenteheridos. Además, se pueden realizar diversas rutas por los castañares para disfrutar de la naturaleza, la arquitectura serrana y la gastronomía de la zona.
Castañar de Moal (Asturias)
En el norte de la península, los bosques de castaños cobran vida en otoño junto con festividades ancestrales como el Magosto, conocido en Asturias como amagüestu. Esta celebración, de raíces paganas, conmemora la llegada de las cosechas. Comenzar el día con leche de castañas prepara para la experiencia, explorar los bosques y recolectar castañas caídas. El castañar de Moal, parte del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, es un misterioso y hermoso paraje, donde una ruta de 9 km desde el pueblo de Moal, en Cangas del Narcea, desvela su encanto entre las brumas matutinas.