La rutina capilar puede ser un verdadero rompecabezas para muchos. Tendemos a formularnos varias preguntas, como con qué frecuencia debemos lavarnos el cabello para evitar un aspecto grasoso y qué productos son los mejores para usar. El hecho es que, como con la mayoría de las cosas cotidianas, mantener el pelo limpio depende de varios factores. Sin embargo, ciertas creencias se han resentido alrededor de la rutina de lavado del cabello. Estas creencias resultan ser meros mitos. Para aclarar esto, recurrimos a Jorge Garay, profesional y gerente del Salón Jorge Garay, uno de los salones de peluquería más prestigiosos de A Coruña.
Un estudio reciente realizó una afirmación que causa revuelo: España es el tercer país europeo en donde las personas se duchan más a menudo, superado únicamente por Portugal e Italia, y empatado con Grecia. Otro estudio realizado por Dyson el año pasado corrobora que 8 de cada 10 personas se lavan el cabello ya sea todos los días o una vez cada dos días. La pregunta que surge es: ¿Con qué criterio lo decidimos? ¿Qué pautas seguimos? ¿Es saludable hacerlo con tanta frecuencia?
La realidad es que cada tipo de cabello es diferente. Algunas de las creencias más populares se mantienen en pie, pero Jorge Garay desmiente algunas de ellas. Por ejemplo, se cree que cuánto más te lavas el pelo, mejor, pero en realidad, la frecuencia de lavado depende del tipo de pelo y del cuero cabelludo. Algunas personas encuentran beneficios en el lavado diario, mientras que otras pueden hacerlo con menos frecuencia. Sin embargo, es importante recordar que el lavado excesivo puede eliminar los aceites naturales del cuero cabelludo, dejando el cabello seco y quebradizo.
Una suposición también muy común es que es esencial cambiar de champú regularmente para evitar que el cabello se acostumbre a un producto en particular. Sin embargo, la realidad es que no existe evidencia que respalde esta creencia. La clave está en elegir productos que respondan a las necesidades específicas de tu cabello y cuero cabelludo. Un cambio ocasional puede ser beneficioso si sientes que el champú pierde su eficacia, pero no es necesario porque el cabello se haya vuelto resistente a sus beneficios.
Otro mito común es que más espuma equivale a una mejor limpieza. Sin embargo, la cantidad de espuma que genera un champú no afecta su eficacia. Aquí, la calidad de los ingredientes y su compatibilidad con tu tipo de cabello son aspectos más cruciales. No te dejes engañar por la cantidad de burbujas. En su lugar, busca productos con ingredientes de alta calidad que se ajusten a las necesidades de tu melena.
A pesar de la variedad de tipos de cabello y las necesidades individuales, existen ciertos aspectos de la rutina capilar que son universales. Jorge Garay recomienda que, aunque cada rutina debe adaptarse a cada individuo, todos podemos seguir una serie de consejos que mejorarán la salud del cabello. Entre ellos están la inclusión de ciertos ingredientes esenciales para la salud y apariencia del cabello. Estos incluyen vitaminas, aceites naturales y proteínas. Así que, independientemente del tipo de cabello que tengas, estos ingredientes deben ser una parte integral de tu rutina capilar.
Ingredientes como la vitamina E, la vitamina B5 y los antioxidantes son vitales para la salud del cabello. Estas ayudan a protegerlo de los daños causados por los radicales libres, impulsando un cuero cabelludo saludable y promoviendo un fuerte crecimiento del cabello. Los aceites naturales como el aceite de argán, el aceite de tamanu y el aceite de coco, son ricos en nutrientes y proporcionan hidratación al cabello. Ayudan a suavizar las cutículas, reducir el encrespamiento y mejorar la elasticidad del cabello. Además, aportan brillo y nutrición. Las proteínas de origen vegetal y la queratina hidrolizada ayudan a fortalecer el cabello, mejoran su elasticidad y ofrecen protección contra los daños externos.
Finalmente, en relación a la rutina capilar, es crucial adaptar tus productos según las estaciones del año o cambios en las necesidades capilares. En invierno, es recomendable utilizar productos más densos e hidratantes para combatir el frío y la sequedad. Sin embargo, durante el verano, se deben preferir productos antioxidantes que minimicen el daño causado por los rayos UV y mantengan el cabello saludable. Además, no se debe olvidar que una rutina básica incluye un champú, acondicionador y una mascarilla, una vez a la semana.
Asimismo, es importante considerar factores como la temperatura del agua y realizar un enjuague adecuado. La utilización de productos sin sulfatos también contribuirá a mejorar la salud del cabello.