Día repleto de emociones para Ana Rosa Quintana. La presentadora, que hace unos días anunciaba que este lunes estaría ausente en su programa, ha sido galardonada con la Medalla de Honor de Madrid, otorgada por el Ayuntamiento de la capital con motivo del día de San Isidro por su trayectoria profesional y su defensa de la tierra que la vio nacer.
Derrochando elegancia con un traje de pantalón blanco que ha combinado con un top lencero de lunares y unas sandalias negras, la periodista se ha convertido en la gran protagonista de un acto que ha tenido lugar en el Palacio de Cibeles -sede del Ayuntamiento madrileño- y en el que, además de Ana Rosa, han sido premiados otros rostros conocidos como Alaska, Ágatha Ruiz de la Prada o Julián López ’El Juli’.
Emocionada y visiblemente nerviosa, la presentadora ha pronunciado un breve pero emotivo discurso en el que ha querido destacar el carácter abierto de Madrid y lo orgullosa que está de sus orígenes: ’’La verdad e que no puedo estar más contenta. Los que tenemos un trabajo relacionado con la comunicación y con los demás, lo que queremos es que nos quieran. Y me llena de felicidad este premio’’. ’’Dejad que presuma. He nacido en la calle Cadarso, en plena Plaza de España; mi familia materna es de Peñuelas y de Lavapiés, de ahí me debe de venir la cosa chula; la paterna es de la calle Mayor y de la Plaza de España. Me he criado en Usera, en un barrio obrero y trabajador, antes de que fuera Chinatown. Tengo 3 hijos madrileños. Vivo y disfruto mi ciudad. Me encanta porque esta ciudad es la casa de todo el mundo’’, ha añadido declarando su amor por una ciudad que, como ha destacado, ’’es la casa de todo el mundo’’.
Un discurso que ha finalizado haciendo mención a algunos de nuestros artistas más importantes, como Diego de Velázquez -sevillano-, Luis Buñuel -aragonés-, Joaquín Sabina -jienense- o Salvador Dalí -catalán- que han encontrado en Madrid su casa al igual que tantísimos miles de españoles ’’que vienen a ganarse la vida y a vivir la vida porque Madrid somos toda España’’.
Ovacionada por los asistentes, Ana Rosa ha abandonado el centro del escenario olvidando su Medalla de Honor y ha sido al darse cuenta de su despiste cuando, llevándose la mano a la cabeza sin dejar de sonreír, ha regresado para, ahora sí, recibir este importante reconocimiento.
Fuente: (EUROPA PRESS)