Tras la ausencia de Tamara Falcó en su sección en El Hormiguero el pasado jueves, parece que la marquesa de Griñón todavía no se sentía recuperada como para acudir a un evento muy especial de su prometido. El empresario se vestía de punta en blanco para ir a la boda de unos amigos a escasos dos meses de celebrar la suya propia.
Salía de su casa preparado para ser testigo del gran día de sus amigos cuando aprovechaba para desmentir que Argentina sea el destino de su despedida de soltero. Aseguraba que ni sus organizadores han decidido aún a dónde irán a celebrar sus últimos días de soltería. Reconocía no saber tampoco a qué lugar irá junto a Tamara Falcó en su luna de miel. ’’Sorpresa, sorpresa’’ aclaraba a los micrófonos.
Hace apenas unos días la marquesa acaparaba los titulares tras publicar una versión retocada de una fotografía que el mismo Íñigo había posteado en su cuenta. A preguntarle acerca de esta polémica tan comentada, defendía que su futura esposa siempre está bella, sin entrar a si fue una buena o mala decisión compartir dicha fotografía tan comentada.
Sin pelos en la lengua, desvelaba que ambos están deseando tener hijos y formar una familia, algo que dejan en manos de Dios y que ocurrirá cuando la divinidad lo decida. ’’Ahí, Dios proveerá’’ zanjaba el tema. Al preguntarle acerca de su traje y el de sus familiares, confesaba no tener todavía el suyo terminado. Apenas dos meses antes de la gran fecha, pendiente de celebrar la pedida de mano el 22 de abril, Íñigo Onieva confesaba lo nerviosos que están por la proximidad de la fecha y aseguraba que su prometida se encuentra bien, a pesar de todo.
Sin su compañía, llegaba a la iglesia y saludaba a los allí presentes, sin desvelar ningún detalle de la pedida. Al terminar la ceremonia, se reunía con sus amigos para compartir risas y confidencias antes de marcharse juntos al banquete.
Fuente: (EUROPA PRESS)