A punto de cumplirse dos semanas desde que Shakira abandonó definitivamente Barcelona para comenzar una nueva vida en Miami, todavía no hay nada claro sobre qué pasará con el que fue el domicilio familiar de la cantante y Gerard Piqué durante los más de diez años que duró su relación.
Una espectacular mansión en la localidad de Espluges de Llobregat que está a nombre de una sociedad cuyo administrador único es el padre del exfutbolista, Joan Piqué -que fue quien envió un burofax a la colombiana para que abandonase la residencia antes del 30 de abril, algo que no le habría sentado nada bien y habría precipitado su marcha de España según apuntan algunos medios de comunicación- y de la que Shakira todavía está retirando sus últimas pertenencias.
Mientras sus padres, William Mebarak y Nidia Ripoll, han abandonado Barcelona y ya se encontrarían en Miami con su hija, una empresa de mudanzas se afana en recoger los enseres y objetos personales que la cantante de ’Session #53’ quiere conservar de su etapa en Barcelona; además, técnicos especializados estarían desmontando el estudio de grabación que tenía en el que fue su nido de amor con Piqué, aunque se desconoce si será enviado a Miami con el resto de sus paquetes.
Una vez acabe la mudanza -prevista para estos días como informan las señales colocadas a las puertas de la que fue la casa de Shakira- se desconoce qué pasará con esta impresionante mansión valorada en 14 millones de euros y cuyo alquiler mensual podría superar los 10.000 euros al mes.
Por un lado se ha especulado con la posibilidad de que Piqué regrese alque fue su hogar familiar acompañado por Clara Chía; algo que el entorno del catalán descarta por el momento, ya que está muy a gusto en su ático ’de soltero’ en el centro de Barcelona, donde reside con su novia desde hace varios meses.
Y por otro se dice que Shakira y Gerard querrían deshacerse de su única propiedad en común, que ya estaría a la venta. Coincidiendo con estas informaciones, y a pesar de que en la casa todavía hay cosas de la cantante, unas posibles compradoras -o arrendatarias, ya que la discreción respecto a este tema es absoluta- han visitado el lugar acompañadas por un agente inmobiliario con ropa informal y papeles en la mano.
Fuente: (EUROPA PRESS)