A poco menos de un mes para que se celebre por todo lo alto la coronación del Rey Carlos III, este 9 de abril se cumplen dos años de la muerte del Duque de Edimburgo, el Príncipe Felipe. ’’Con profundo pesar Su Majestad la Reina anuncia la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. Su Alteza Real falleció en paz esta mañana en el Castillo de Windsor. Se harán más anuncios a su debido tiempo. La Familia Real se une a la gente de todo el mundo en el duelo por su pérdida’’ comunicaban desde Buckingham Palace a través de un comunicado.
Una pérdida que provocaba una tristeza profunda en la Reina Isabel II, que se dejaba ver posteriormente en su funeral cabizbaja, vistiendo luto riguroso e incluso emocionada en algunos momentos determinados. Una imagen que muy pocas veces vimos en la monarca.
Tras recibir el alta a mediados del mes de marzo de 2021, el 9 de abril fallecía en el Castillo de Windsor a sus 99 años al no superar los problemas de salud por los que había sido ingresado semanas antes. El Príncipe Felipe, consorte, compañero de vida y apoyo incondicional de la Reina Isabel II durante su largo reinado, hubiese cumplido 100 años en el mes de junio de 2021 y, con su muerte, dejaba tanto a la soberana como al resto de la Familia Real, sumidos en la más absoluta desolación.
El duque de Edimburgo fue ingresado varias veces en el hospital durante la última década: en 2011 por una arteria bloqueada, en 2012 por una infección de vejiga y en 2013 por una exploración abdominal. Se sometió a una operación de cadera en 2018 y pasó varios días en por una ’’enfermedad preexistente’’ en las Navidades de 2019. Su último ingreso ocurrió a mediados de febrero, por motivos de ’’precaución’’ ante su ya delicado estado de salud, antes del fallecimiento del que ha sido el consorte en activo más longevo de la historia de la Familia Real británica.
Casados desde hacía 73 años, la Reina de Inglaterra y el Duque de Edimburgo tuvieron 4 hijos, los Príncipes Carlos, Andrés, Eduardo, y la Princesa Ana. Sin duda, fue uno de los mejores embajadores de la Corona, a la que representó hasta los 96 años, convirtiéndose en uno de los miembros más cercanos y carismáticos de la Familia Real Británica. Además, fue parte indisociable de todos los eventos que han rodeado a la monarquía británica desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Al duque de Edimburgo se le atribuyen más de 20.000 actos oficiales, entre ellos 250 visitas al extranjero, lo que llevó al propio Felipe a describirse como ’’el descubridor de placas más experimentado del mundo’’, haciendo gala de un humor que le generó más de un dolor de cabeza hasta el punto de que los diarios británicos contaban con secciones específicamente dedicadas a publicar sus lapsus y salidas de tono.
Fuente: (EUROPA PRESS)