Viviendo la Semana Santa en la capital madrileña como una devota más, María José Cantudo nos ha sorprendido a todos este martes Santo al llevar a hombros -como si fuese una horquillera más- el paso del Santísimo Cristo de los Alabarderos durante su traslado desde la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas hasta el Palacio Real, donde se produjo su tradicional besapiés.
Emocionada y sin poder contener las lágrimas por la devoción con la que estaba viviendo el momento tan solo seis meses después de la complicada operación a la que se sometió, y a la que llegó en silla de ruedas con graves problemas de movilidad, la artista contó con el apoyo de muchos de los cofrades que la ayudaron en todo momento sin dejarla sola durante la procesión.
Su esfuerzo por la cantidad de peso cargada sobre su hombro se hizo visible en su rostro de esfuerzo y dolor en varios momentos de la procesión; un gesto con el que María José ha querido agradecer a Dios el ’milagro’ de su recuperación tras haber superado los momentos más complicados de su vida.
’’Tenía que estar aquí porque hace seis meses que me entraron en una silla de ruedas y ahora estoy aquí llevando a Jesús. Para mí, es muy importante y estoy dando gracias a Dios por poder seguir aquí’’ ha afirmado, confesando que no es capaz de explicar con palabras lo que ha sentido mientras portaba al Cristo de los Alabarderos: ’’Para mí es muy importante. Es como que me han salvado la vida y poder estar con Él y poderlo coger, aunque tenga la mano ya* ha sido muy importante. No tenía previsto nada pero es algo que ha querido Dios que lo haga. Ha querido que yo, de la silla de ruedas, pasara a llevarlo a él’’.
Reconociendo que no ha sido consciente de las lágrimas que derramó durante el traslado, María José se ha quitado méritos por el enorme esfuerzo físico que ha hecho en plena rehabilitación de su operación y, definiendo su sensación como ’’estar totalmente en una nube’’ nos ha contado cómo ha sido la experiencia en su debut como costalera: ’’El peso no parecía peso. Parecía que estaba acariciando a Dios. Ha sido para mí muy importante. He estado muy enferma y necesitaba estar con él’’. ’’Me duele un poco el brazo pero creo que de la emoción, no sé’’ ha añadido.
Una procesión de la que no ha informado a su hijo ni a ninguno de sus seres queridos -’’no me dejarían salir por mi espalda, lo estarán viendo y se estarán sorpendiendo’’- y en la que, como ha confesado, ha pedido no solo por ella sino ’’por mi madre, que está con Alzheimer, por mi familia, por mis hermanos, por todas las personas que necesitan ayuda, por mi hijo, por todo y por todos vosotros. Que sea todo bueno y nos vengan momentos felices a todo el mundo’’.
Sobre cómo marcha su recuperación, María José asegura que se encuentra ’’muy bien’’ y que, para estar totalmente repuesta ’’solo tengo que estar un poquito más de tiempo con la faja puesta que llevo con tornillos para poder estar derecha, y no agacharme mucho ni eso. Pero llevarlo lo he llevado como una jabata. La fe lo mueve todo’’ ha afirmado orgullosa.
’’Estoy fuerte, estoy en un momento muy bonito y para atrás, ni para un impulso. Yo seguiré mi carrera siempre y cuando las cosas que me ofrezcan sean bonitas y sean para mi profesión’’ ha concluido, revelando así que lejos de una retirada ya está pensando en volver al trabajo.
Fuente: (EUROPA PRESS)