Sobrepasada por la presión mediática que está sufriendo desde que anunció su ruptura con Dani Alves, Joana Sanz ha tomado una decisión drástica: abandonar temporalmente las redes sociales por su ’’salud mental’’. Así lo ha revelado este domingo con un comunicado publicado en Instagram en el que, reconociendo que está sobrepasada por el ’’acoso mediático’’ al que se ha visto sometida en las últimas semanas, ha confesado su deseo que continuar con sus proyectos profesionales alejada del foco público.
’’Deseo que todo esto cese porque está afectando a mi salud mental y a mi vida social. No soy una persona que viva de exponerse públicamente, me causa ansiedad y no es para mí’’ ha explicado, asegurando que ahora comienza una etapa de ’’desconexión’’ virtual para ella que no sabe si será temporal o definitiva: ’’No sé si volveré por aquí’’ ha concluido.
Una decisión radical que ha tomado días después de visitar a Dani Alves en prisión y de que el periodista Carlos Quílez revelase que el motivo de este primer encuentro tras anunciar su separación no sería otro que intentar -sin éxito- llegar a un acuerdo económico para repartirse sus bienes y el dinero que tendrían en común.
Algo que Joana no tardaba en desmentir, dejando claro que su visita fue tan solo para interesarse por su todavía marido ya que son ’’momentos muy complicados’’ y, aunque la ha perdido como pareja no va a dejarle solo como persona en este delicado trance después de dos meses y medio en prisión acusado de violar a una joven en Barcelona.
Aunque muchos pensaban que la modelo volvería a la cárcel este domingo para interesarse por el futbolista, la única visita que ha recibido Alves ha sido la de su íntimo amigo Bruno que, muy serio y fiel a su discreción, ha guardado silencio cuando le hemos preguntado si el brasileño se ha enterado de que Joana ha dejado las redes sociales por su salud mental y cómo se ha tomado la noticia.
El fiel apoyo del futbolista tampoco se ha pronunciado sobre las informaciones que apuntan a que Dani se ha adaptado a la perfección a su vida en prisión y se ha convertido en una especie de ídolo para el resto de presos, con los que juega al fútbol y a los que firma las camisetas y autógrafos que le piden para sus familiares.
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Fuente: (EUROPA PRESS)