Joana Sanz confirmaba hace unas semanas a través de su perfil de Instagram que había tomado la decisión de separarse del que hasta ahora había sido el amor de su vida, Dani Alves. La polémica del exfutbolista le ha hecho replantearse su relación y compartía con todos sus seguidores un extracto de su diario en el que aseguraba que iba a empezar a valorarse y que comenzaba una nueva etapa en la que, por supuesto, no estaría él.
Sin embargo, a los días, pudimos ver a la modelo acudir de nuevo a la cárcel de Brians II donde permanece preso su todavía marido. Una visita que muchos no han entendido y que otros apuntan que tuvo lugar debido a los trámites de divorcio que habrían emprendido… pero de momento, la protagonista no ha desvelado el motivo.
Este fin de semana, Europa Press ha sido testigo en exclusiva de los pasos de Joana. Disfrutando de la noche madrileña con amigas, la modelo disfrutó de la compañía de sus seres queridos en este momento tan importante -y doloroso- de su vida. Eso sí, nos llamó especialmente la atención un complemento que la modelo llevaba en su estilismo.
Joana apareció ante las cámaras de Europa Press con una rosa negra en su escote… y, ¿qué quiere decir esto? La rosa negra, en algunas culturas, es una forma de reflejar el luto o la pérdida del gran amor de tu vida. De hecho, en muchos funerales, la persona que se queda huérfana de amor las lleva consigo y en el momento de la despedida, se las entrega al difunto.
Un detalle que Joana no escondió y que podría reflejar el delicado momento por el que está pasando tras decidir poner punto y final a su relación sentimental. Además, la modelo evitó responder a las preguntas sobre si se encuentra en la capital por motivos de trabajo o porque piensa trasladar su residencia a Madrid.
La modelo, al ver a la prensa, exclamó ’’¡no puede ser!’’ y guardó silencio cuando se le preguntó por la delicada situación que está viviendo tras la encarcelación de su pareja por supuesta violación a una joven.
Fuente: (EUROPA PRESS)