Lara Dibildos demostraba este viernes estar hecha de otra pasta distinta a los demás mortales. La actriz, que llevaba días en el hospital madrileño de la Princesa acompañando a su madre en los últimos días de su vida, abandonaba las instalaciones tras hacerse público el fallecimiento de Laura Valenzuela y atendía a los medios. Regalándonos unas palabras en el peor momento de su vida, volvía a demostrar su saber estar.
Tras varios días ingresada a causa de una infección que desgraciadamente no superaba, la veterana presentadora de televisión, actriz y modelo fallecía este viernes a sus 92 años de edad rodeada de todos sus seres queridos, pero en especial, de su hija, que no se ha separado ni un solo momento de su lado.
Esta mañana, las cámaras de Europa Press eran testigo de cómo la actriz abandonaba su domicilio para dirigirse al tanatorio de San Isidro y despedirse, por última vez, de su madre. Vistiendo luto riguroso, Lara agradecía de nuevo la presencia de la prensa y nos regalaba una sonrisa tímida que demuestra la gran educación que recibió por parte de sus padres en cuanto a los medios.
Su madre lo tuvo muy claro. Decidió desaparecer del foco mediático para entregarse en cuerpo y alma a su familia. Y así lo hizo. Estos últimos años en los que ha estado más baja de salud, su hija Lara no se ha separado de ella ni un solo momento, de hecho dejó todo para mudarse a su casa y vivir con ella como si fueran dos compañeras de piso.
Consciente de la notoriedad pública de sus padres, en este caso de Valenzuela, Lara siempre ha tenido un respeto inconmensurable ante los medios de comunicación y cada vez que ha sido entrevistada ha respondido a todas las preguntas sobre el estado de salud de su madre. Ahora, que la veterana presentadora se ha marchado, la actriz continúa con ese legado de saber estar y simpatía que sus padres le han dejado. Quizás por eso, además de por su intachable carrera profesional, estén recibiendo estos días el cariño que anteriormente nos han regalado.
Fuente: (EUROPA PRESS)