Tamara Falcó ha sido la invitada más aplaudida en la fiesta que su hermano Julio José Iglesias ha organizado en un conocido restaurante madrileño para celebrar por todo lo alto su 50 cumpleaños, pero también la última en llegar. Directamente desde el plató de ’El Hormiguero’ tras cumplir con su cita semanal con el programa, la marquesa de Griñón llegaba apresurada al evento cerca de las 23.00 horas con la mejor de sus sonrisas, pero sin la compañía de Íñigo Onieva.
Una ausencia que ha llamado especialmente la atención y que ha acrecentado los rumores de mala relación entre el cantante y el prometido de su hermana -al que no dudó en atacar cuando le fue infiel en agosto, asegurando que Tamara se merecía a un hombre a su altura y se alegraba de que por lo menos la deslealtad hubiese sucedido antes de la boda- aunque la hija de Isabel Preysler ha justificado la no presencia de Íñigo con un escueto ’’no ha podido venir’’.
Radiante con un look estilo años 50 con el pelo recogido, falda plisada en rosa y blusa roja con lazada en el cuello, la socialité reaccionaba con una gran sonrisa y un ’’qué bien, qué bien, ya habéis hablado con él’’ al escuchar de la prensa congregada a las puertas del cumpleaños que Julio está encantado con su boda.
Después de dos horas en la fiesta, en la que ocupó un lugar de honor al lado de su hermano como ella misma compartió a través de sus redes sociales, Tamara abandonaba el restaurante confesando que se lo había pasado ’’muy bien’’.
Entre sonrisas, y confesando estar ’’horrorizada’’ por ello, la marquesa ha reconocido que ’’por ahora’’ no le ha regalado ’’nada’’ a Julio, con el que tiene una relación de lo más especial. ’’Mucho amor y cariño, eso siempre’’ ha añadido antes de abandonar el lugar para poner rumbo a su domicilio, donde le aguardaba un Íñigo cuya ausencia en el cumpleaños fue una de las cosas más comentadas de la noche.
Fuente: (EUROPA PRESS)