A caballo entre España, donde vive su familia y Nueva York, donde pasa la mayor parte del tiempo debido al trabajo, Rocío Crusset se ha convertido en una de las modelos más reconocidas a nivel internacional. En esta ocasión la joven aprovechó su paso por la capital madrileña para disfrutar de un agradable paseo por el centro de la ciudad en compañía de una amiga con la que compartió risas y confidencias.
Aprovechando el paseo para ponerse al día, Rocío pudo disfrutar de su amiga a la que pudimos ver embarazada, Muy relajada, la modelo lució pantalón vaquero, botines estilo ‘cowboy’ y maxi abrigo con cinturón en color caldera. Aunque muchas de sus amigas ya se han animado a dar el paso de la maternidad, por el momento Rocío prefiere centrarse en su carrera profesional.
Aunque Rocío está viviendo una etapa sentimental muy dulce al lado de su pareja, Maggio Cipriani, en esta ocasión el joven empresario fue el gran ausente en la cita. Con una apretada agenda profesional con la que cumplir, Maggio tan solo puede acompañar a su chica en algunos de sus viajes por lo que la mayoría de las veces la modelo regresa a España en solitario.
Junto al empresario Rocío ha encontrado su mayor apoyo o como ella define «su mejor amigo». En mayo de 2019, la pareja confirmó su relación y Rocío declaraba estar de nuevo enamorada del empresario italiano. Cada día más integrado en la vida social y familiar de la modelo, Carlos Herrera y Mariló Montero ya conocen al joven con el que están encantados.
La última vez que pudimos ver a la hija del periodista de Radio ‘COPE’ fue en la Merecedes Benz Madrid Fashion Week, y nos confesaba que «dejé de plantearme qué hacer en unos años de momento, estoy muy bien allí, el balance entre Europa y EEUU es lo que mantiene estable». Y es que, al final, sigue teniendo mucho contacto con su familia porque «nos vemos muchos si no voy yo vienen ellos y nos vemos en algún punto en común».
La modelo también nos habló sobre la reciente boda entre su padre y Pepa Gea: «estuvimos allí, muy normal, muy tranquilos, no lo vivimos como ¡Ah, una boda! fue una comida normal, que tuvimos y ya está». Una ceremonia que no le pilló de sorpresa porque la relación estaba muy asentada: «cuando hay dos personas que llevan un tiempo, cada uno tiene su vida, su familia, su trabajo, cada uno lo suyo, el casarse ahora no cambian nada es un compromiso que te apetece hacer porque estás enamorado y claro, pues».
Fuente: (EUROPA PRESS)