Fue en el entierro de su cuñado, el Rey Constantino de Grecia, la última vez que vimos al emérito, Don Juan Carlos I, públicamente. Muy afectado por la muerte del hermano de Doña Sofía, se dejó ver junto a ella, sus hijos; Doña Elena, Doña Cristina y el Rey Felipe, y sus nietos. Hoy, le hemos vuelto a ver acompañado por su hija pequeña en París, para poder disfrutar en primera persona del ingreso de su amigo Mario Vargas Llosa como miembro de la Academia Francesa.
Fue el pasado miércoles cuando el emérito viajó hasta la capital francesa, junto con Doña Cristina, en un vuelo privado y hoy, minutos antes de que el acto tan importante para la vida del escrito comenzase, aparecía en el Anfiteatro del Instituto Francés. Llegaba en una furgoneta negra y evitando las preguntas, pero saludando a todos los medios de comunicación que esperaban su entrada.
Una vez en el interior, Don Juan Carlos se ha sentado al lado de su hija y a la derecha de toda la familia de Mario. Tras el reconocimiento al escritor, éste daba unas palabras para todos los allí presentes y el emérito se mostraba cabizbajo, prestando atención al discurso que estaba dando su amigo.
Finalizada la ceremonia, el premio Nobel salía de la Academia de Francia junto a su hijo Álvaro y se volcaba con el cariño que recibía de todos los que se acercaban a él para felicitarle. Muy cariñoso, el escrito abrazaba y saludaba a muchos amigos que se encontraban en las inmediaciones hasta que su hijo le dirigía para el vehículo en el que se montaron minutos después.
Por su parte, Don Juan Carlos abandonaba el centro en la misma furgoneta con la que llegaba, esta vez muy sonriente y saludando a los medios que estaban allí presentes. Eso sí, no ha bajado la ventanilla para responder a las cuestiones que los periodistas le han lanzado sobre la relación con su hija, Doña Cristina, el viaje de Froilán a Abu Dabi, las polémicas de éste en España o el deseo de Bárbara Rey de viajar hasta allí.
Fuente: (EUROPA PRESS)