
Cada vez son más los detalles que se van filtrando de la que promete convertirse en la boda del año, la de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. A pesar de que todavía se desconoce si la pareja se dará el ‘sí quiero’ en la pequeña capilla del palacio El Rincón – donde tendrá lugar la celebración – aunque todo apunta a que sí para preservar una posible exclusiva, lo que sí se ha confirmado es quiénes serán los padrinos.
Por parte de la marquesa de Griñón, cuyo padre Carlos Falcó falleció en marzo de 2020, será su hermano mayor, Manolo Falcó, el que la llevará al altar; y por parte del novio, como manda la tradición, la madrina será su madre, Carolina Molas, a quien está muy unido.
Isabel Preysler, a pesar de su relevancia mediática y de ser uno de los grandes pilares en la vida de Tamara, no tendrá pues un papel protagonista en la boda; por lo menos que se sepa por el momento, y hay quien asegura que podría verse eclipsada por la madre de Íñigo, una mujer elegantísima que a pesar de intentar mantenerse en un discreto segundo plano desde que su hijo comenzó su historia de amor con la marquesa, acaparará todas las miradas el próximo 17 de junio al estar al lado del empresario cuando éste espere a su futura mujer en el altar.
Un protagonismo por su figura de madrina sobre el que Carolina prefiere guardar silencio, dejando en el aire cómo marchan los preparativos y si está contenta por el paso que en poco más de cuatro meses dará su hijo. A pesar de su hermetismo, puesto que cuando Íñigo y Tamara rompieron tomó la determinación de no hablar con la prensa, la futura suegra de Isabel Preysler ha confirmado su felicidad con una sonrisa que deja entrever que está encantada con la boda.
Fuente: (EUROPA PRESS)