Está feliz y no quiere ni puede disimularlo. Nos referimos a Íñigo Onieva, que se ha dejado ver con una inmensa sonrisa después de que Tamara Falcó haya roto su silencio en las páginas de la revista ¡Hola! y haya anunciado que su boda tendrá lugar el 17 de junio – como estaba previsto en un principio, antes de su ruptura – y que la celebración será en el palacio de El Rincón. Un enlace «no demasiado grande» al que asistirán sus familiares y amigos más cercanos y del que todavía tienen muchos preparativos por ultimar.
Además, la publicación desvela que Íñigo se declaró a la marquesa de Griñón y le regaló un nuevo anillo de compromiso – una versión mejorada del anterior, realizado con piezas de mayor categoría – durante su escapada a comienzos de enero a Finlandia, días después de su reconciliación en forma de ‘milagro navideño’ la noche de fin de año.
Una petición de matrimonio sobre la que el empresario prefiere mantener el misterio: «Ha habido, ha habido, pero ya he dicho todo lo que tenía que decir» ha zanjado con amabilidad, dejando en el aire cómo es la joya con la que se arrodilló ante Tamara en el Polo Norte para declararse.
Reconociendo que está «muy feliz» y atravesando «un periodo maravilloso» con la socialité, Íñigo ha confesado que, aunque entre sus planes está el de formar una familia tras su boda, el de su paternidad es un tema que se toman con calma: «Piano, piano». «Pasito a pasito. Estamos muy felices y muchas gracias a todos» ha añadido antes de abandonar el lugar en su moto sin adelantar cómo llevan los preparativos de boda.
Fuente: (EUROPA PRESS)