José Ortega Cano es una caja de sorpresas. Y si en la reciente inauguración del museo taurino que lleva su nombre en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes se arrancó a bailar por bulerías con la cantaora Isabel Luna – derrochando arte con su abrigo a modo de capote – este lunes se ha destapado como cantante nada menos que en una iglesia.
Disfrutando de una ajetreada vida social desde que se separó de Ana María Aldón, el maestro no se ha querido perder el concierto que se celebra anualmente en la parroquia del Padre Ángel, la de San Antón, con motivo de sus fiestas patronales.
Acompañado por su empleada de confianza, Marina Grigoria, y de sus íntimas amigas Marilí Coll y María Rosa, Ortega Cano llegaba puntual a la iglesia y, relajado, sonriente y piropeando a las presentes – «qué de mujeres guapas» ha exclamado tras echar una visual a su alrededor – ha ocupado la primera fila de bancos para no perderse ningún detalle del espectáculo.
Lo que no imaginábamos es que a mitad de actuación, mientras aplaudía y tarareaba emocionado, la artista iba a pedir un aplauso en su honor y le iba a acercar el micrófono para que cantase a dúo con ella. Un momento en el que el viudo de Rocío Jurado no ha dudado en arrancarse con sentimiento al ritmo del popular tema ‘Currucucú Paloma’.
Completamente entregado, y dejando la vergüenza a un lado, Ortega se ha subido al escenario y, rememorando tiempos pasados – inolvidable cuando le oímos cantar el ‘estamos tan a gustito’ en la boda de Rocío Carrasco y Antonio David Flores – se ha convertido en el rey de las rancheras al interpretar, con más ganas que voz, ‘El Rey’. Si quieres ver al torero cantando ‘Con dinero y sin dinero, yo hago siempre lo que quiero, y mi palabra es la ley… No tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey…’
Fuente: (EUROPA PRESS)