48 horas después de confirmarse la ruptura de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa seguimos conociendo detalles del fin de la historia de amor de una de las parejas más estables del panorama nacional. Y es que el entorno de la ‘reina de corazones’ ha hablado con la periodista Sandra Aladro y ha revelado que, como la revista ¡Hola! adelantó al dar la noticia en exclusiva, los celos infundados del Premio Nobel han tenido mucho que ver en su adiós después de ocho años de relación.
Tal y como ha contado la colaboradora de ‘El programa de Ana Rosa’ citando a una fuente muy cercana a la socialité, Isabel se reafirma en que los celos fueron el motivo de su ruptura definitiva, que se produjo a través de un mensaje que la filipina envió al peruano a mediados de diciembre.
Unos celos que ya habrían causado una fuerte crisis en la pareja el pasado mes de junio y por los que Mario abandonó la casa de la socialité. Tras una discusión, el escritor se fue a su piso de soltero y la madre de Tamara Falcó, preocupada, escribió un mensaje entonces a Morgana – hija de Vargas Llosa – para informarle de que su padre se había ido de su casa tras una pelea provocada por los celos de él.
Cuatro días después, sin embargo, la pareja consiguió reconducir la situación y retomar su relación, convencidos de que si ambos hacían un esfuerzo superarían las diferencias que habían provocado esta crisis. Algo que no sucedió, porque el 30 de noviembre – horas antes de que Isabel acudiese a la fiesta organizada por una conocida marca de champagne con su hija Ana Boyer – la discusión por celos infundados del escritor se repitió.
Ese mismo día, incapaz de aceptar la vida social de su pareja, Vargas Llosa abandonó la casa de la ‘reina de corazones’ con lo puesto, y a los pocos días envió a su secretaria a recoger algo de ropa. A mediados de diciembre Mario decidió volver a la conocida como ‘Villa Meona’, pero un mensaje de Isabel lo cambió todo.
En él la socialité le comunicaba que no quería que volviese a su casa ni ahora ni nunca más. Y ahí se terminó definitivamente su relación. Un mensaje en el que la Preysler explicó a su pareja en los últimos 8 años los motivos de su ruptura y tras el que no ha habido ninguna conversación cara a cara entre la expareja.
Un abrupto final que ambos afrontan, cada uno por su parte y refugiado en los suyos, con tranquilidad. Especialmente Isabel, que sabe que está diciendo la verdad al hablar de que los celos infundados han provocado el fin de su historia de amor.
El escritor, por su parte, cuenta con el apoyo de sus hijos, que no pueden estar más felices con la ruptura. Nunca vieron con buenos ojos este noviazgo ni a la ‘reina de corazones’ y ahora creen que «han recuperado» a su padre.
Sin embargo, queda algo pendiente entre ambos, puesto que las pertenencias de Mario siguen en la casa de Isabel y sigue recibiendo correspondencia allí, como han sido testigos las cámaras de Europa Press este mismo viernes.
Fuente: (EUROPA PRESS)