Tras la nueva emisión de la última temporada de ‘The Crown’ y con el documental que ha visto la luz hace pocos días de Harry y Meghan en Netflix, cada día tenemos más claro que la Princesa Diana sufrió momentos muy dolorosos durante su matrimonio con el Príncipe Carlos, pero lo cierto es que hay dos fechas que nunca se le borraron de la mente.
El nueve de diciembre de 1992, el Primer Ministro John Major anunciaba a la Cámara de los Comunes que los Príncipes de Gales se han separado: «Se anuncia desde el Palacio de Buckingham que, con pesar, el Príncipe y la Princesa de Gales han decidido separarse. Sus Altezas Reales no tienen planes de divorciarse y sus posiciones constitucionales no se ven afectadas. Esta decisión se ha tomado de forma amistosa y ambos seguirán participando plenamente en la crianza de sus hijos».
Esas primeras Navidades fueron una de las más dolorsas para Diana y no porque estuviese separada de su todavía marido, sino porque se había hecho público el ‘fracaso’ de su matrimonio. Hija de padres separados, siempre quiso para sus hijos la máxima unión familiar, pero sus esfuerzos cayeron en vano tras darse cuenta de los verdaderos sentimientos de Carlos.
Si esas Navidades fueron complicadas para la princesa, las de 1996 marcaron un antes y después en su vida. Tras la entrevista que ofreció para la BBC hablando de su matrimonio, de Camilla Parker, de sus hijos y de la monarquía, a principio de diciembre tanto Diana como Carlos recibieron una carta de la reina aconsejándoles a divorciarse.
A pesar de que el matrimonio entre ambos estaba muerto, Diana firmó con mucha tristeza su divorcio con Carlos, de hecho necesitó de meses para tomar una decisión y acordar los intereses de cada uno. Sin duda, esa firma era la prueba de que el amor entre ambos había fracasado.
Fuente: (EUROPA PRESS)