El pasado mes de noviembre, Kim Kardashian y Kanye West ponían fin legalmente a su matrimonio después de siete años de relación y cuatro hijos en común. Ambos llegaban a un acuerdo y, hasta el momento, poco más se sabía de la relación que ambos mantenían actualmente.
Ha sido la mayor de las Kardashian quien ha roto el silencio en el podcast Angie Martinez IRL de la CNN emitido este lunes 26 de diciembre, en el que ha explicado rota de dolor lo «complicada» que es la crianza compartida junto al rapero: «La copaternidad es jodidamente difícil».
Entre lágrimas, la empresaria se ha sincerado sobre su relación con West, que desde hace meses no ha dejado de protagonizar diferentes polémicas por sus comentarios antisistemas y racistas que le han llevado a romper acuerdos comerciales con marcas internacionales del nivel de Balenciaga o Adidas.
A pesar de todo el revuelo causado, la influencer ha intentado mantener al margen a sus cuatro hijos, evitando que los pequeños conozcan las noticias que su padre ha protagonizado: «Si no saben las cosas que se dicen, ¿por qué les iba a contagiar esa energía negativa? Es una mierda de adultos con la que no están preparados para lidiar. Cuando lo estén, tendremos una conversación».
En todo momento, Kim ha asegurado que seguirá protegiendo a sus hijos a pesar de no estar de acuerdo con su exmarido: «Algún día, mis hijos me agradecerán el sentarme aquí y no atacar a su padre cuando pude». Es por ello que halimitado el acceso de los niños a la televisión y redes sociales para asegurarse de que ellos no saben nada: «Mis hijos no saben nada de lo que sucede en el exterior».
Aún así, la multimillonaria es consciente de lo difícil que va a ser aguantar la situación por mucho más tiempo. Los niños van creciendo y todo lo que ha dicho Kanye West será difícil de ocultar en un momento dado, pero mientras tanto ella nunca dirá nada malo sobre el padre de sus hijos: «Estoy aferrada a un hilo y sé que en cualquier momento se va a romper. Pero mientras siga siendo así, los protegeré hasta el fin durante todo el tiempo que pueda».
A pesar de todo, la empresaria quiere que sus hijos crezcan con la compañía del mejor padre, tal y como lo hizo ella: «Tuve los mejores recuerdos y la mejor experiencia y esos es todo lo que quiero para mis hijos. Cuando vamos al colegio, ellos quieren escuchar música de su papá. Sin importar lo que estamos pasando, tengo que tener una sonrisa en mi rostro, cantar junto a ellos y actuar como si nada estuviera mal. Tan pronto como los dejo en el colegio, lloro».