La Baronesa Thyssen daba el salto a la televisión y se sentaba en el sillón de Risto Mejide para participar en la nueva entrega de ‘Viajando con Chester’. El presentador, a través de un ambiente relajado y en confianza, pudo preguntarle acerca de sus parejas sentimentales, las infidelidades de estas y, como no podía ser de otra manera, también le preguntó sobre su relación con su hijo Borja.
Al sacar el tema, Tita Cervera se empezó a emocionar, llegando a cortársele la voz en alguna ocasión al recordar cómo se distanció de su hijo en el momento en que Blanca Cuesta entró en sus vidas. Ya era conocido que ella estaba en contra de su relación, de su boda y de todo lo que tenía que ver con la que se convertiría en su nuera. Con la voz temblorosa, contaba cómo fue una de las épocas más difíciles de su vida al verse privada de la compañía de Borja.
Echando la vista atrás, siempre fue su ojito derecho. Con él compartió muchísimas experiencias, muchas primeras veces y su vínculo era muy especial. De pequeño, Borja supo crear una relación muy especial con su madre, Carmen Fernández de la Guerra, así como con Hans Heinrich, quien siempre le quiso como a su propio hijo.
Pero todo esto cambió cuando cumplió diecinueve años y, según sus propias palabras «cambió de vida». Aseguraba que nunca ha perdido la esperanza de que Borja cambiara de nuevo, volviendo a ser el hijo que no se despegaba de ella en ningún momento. Reconocía que ella ha puesto de su parte en numerosas ocasiones para favorecer ese cambio, pero todavía no ha llegado. Sin dudarlo, hacía responsable de esta situación a las personas con las que él se relaciona. «Las personas que están a su lado tienen otra mentalidad, son otras personas, no son como era Borja ni como yo soy» argumentaba Tita Cervera. No quedaba duda que su hijo sigue siendo una parte muy importante de su vida y que no se dará por vencida para recuperarle, cueste lo que cueste y pase el tiempo que pase.
Fuente: (EUROPA PRESS)