Isaac Lobo conoció a Lucía Sánchez en ‘La isla de las tentaciones’ cuando él era tan solo la tentación. Aunque en esa primera vez no tuvo nada con ella, ya que estuvo con Marina, la segunda vez que concursó fue como su pareja y le fue infiel con una de las tentadores. A pesar de ello, la andaluza le dio una segunda oportunidad cuando salieron del programa y anunciaron por redes sociales que iban a ser padres de una niña.
Tras esta historia, de todos es sabido que la relación entre Isaac y Lucía ha sido una montaña rusa y ha sido muy difícil seguir el curso de su amor. Tanto que cuando ésta dio a luz, no tenía ningún tipo de contacto con él. Ahora, sin embargo, hemos podido hablar con el extentador y nos ha confirmado que se están reconciliando: «estamos ahí, ahí viendo».
El amor que sienten el uno por el otro y la hija que tienen en común son el motivo de que quieran darse otra oportunidad: «sí que es verdad que siempre ha habido amor, eso está claro. Una cosa es que la convivencia sea buena o mala pero amor siempre ha habido, que es lo que siempre importa. Cuando hay amor, se tiene que luchar para ver qué sale y más, si tenemos esa cosa preciosa en común».
Isaac nos ha asegurado que recuperar la relación es una cosa de dos y entre los motivos de ruptura no solo estaban las infidelidades: «claro, tiene que ser algo mutuo y que queramos los dos. Olvidar todo, limar asperezas y empezar de cero, que es muy complicada pero todo es posible».
Convertirse en padre ha sido una de las mejores cosas que ha vivido en su vida y se ha mudado para estar más cerca de Mía: «¿qué puedo decir? Tiene dos meses y medio, no queremos hablar mucho de ella, que queremos que se hagan fotos de ella pero la verdad que es preciosa. Lo malo: que tiene toda la cara de la madre, es preciosa» y añade: «de hecho, me he mudado, me compré un piso cerca suyo para estar cerca. No puedo estar dos días sin verla, me ha cambiado bastante».
Isaac nos aseguraba que le ha cambiado «mucho» a pesar de que pensaba que no, y es que «una vez que la tienes en los brazos, es una sensación que no se puede describir, se me caían las lágrimas, no sabía dónde meterme. Me temblaba todo el cuerpo». De esta manera, parece que los dos tortolitos se están dando una segunda oportunidad y, quién sabe, quizás esta sea la definitiva.
Fuente: (EUROPA PRESS)