Aunque en un principio parecía que su separación sería idílica, la tensión ha estallado entre José Ortega Cano y Ana María Aldón. Harto de que la gaditana se siente semana tras semana en el plató de ‘Fiesta’ para hablar – entre otras cosas – de su relación, el diestro ha ‘amenazado’ a su exmujer con demandarla si no deja de revelar episodios de su matrimonio y de su intimidad: «Estoy jodido, no quiero hablar con ella. Me he portado con ella enormemente y no ha hecho más que hablar mal de mí y mi familia. Yo no le deseo nada malo, al contrario, le deseo que tenga mucha suerte. He cumplido 69 años y ya estoy cansado de todo. Ya estoy harto de que hable de mí de esa manera. Voy a llevar esto por la vía judicial» advertía el torero en conversación con Aurelio Manzano.
Unas declaraciones que dejan entrever que Ortega está dispuesto a todo para que Ana María deje de hablar de él en televisión y a las que la colaboradora reaccionaba sin poder contener las lágrimas, impactada al escuchar de boca del padre de su hijo José María que está dispuesto a emprender medidas legales contra ella.
A pesar de que la andaluza no quiso echar más leña al fuego y no contestó al torero, en ‘El programa de Ana Rosa’ han revelado que la situación entre el exmatrimonio en los últimos tiempos ha sido complicada y la convivencia se ha tornado en algo «insoportable».
Tanto es así que Ana María abandonó la casa de Ortega Cano precipitadamente antes de Navidad aun cuando su nuevo hogar – un chalet en El Casar, Guadalajara, que ha adquirido por 250.000 euros – todavía no está totalmente equipado ni amueblado.
Sin embargo, no vivir bajo el mismo techo que el torero ha pesado más que las pequeñas obras de acondicionamiento que le quedan todavía por hacer y antes de Nochebuena la colaboradora abandonaba definitivimanete el que ha sido su domicilio en los últimos años para comenzar una nueva vida en solitario en su nueva casa, en la que está completamente volcada.
Intentando olvidarse de las duras declaraciones de Ortega Cano y sin querer pronunciarse sobre la tensión indisimulada entre ellos, hemos visto a Ana María en una tienda de muebles y reformas junto a su representante, que se ha convertido en su mejor apoyo en estos convulsos momentos. Poco después, y con papeles en la mano, la diseñadora visitaba una tienda de sofás, ultimando los detalles para que su hogar esté completamente habitable lo antes posible para no tener que volver a pisar el domicilio del torero.
Fuente: (EUROPA PRESS)